CBD o THC
La marihuana y el cáñamo son dos variedades diferentes de la planta Cannabis sativa. Aunque pertenecen a la misma especie, tienen diferencias en su composición química y su uso.
La marihuana se cultiva por sus flores, que contienen altos niveles de tetrahidrocannabinol (THC), un compuesto psicoactivo que produce efectos psicotrópicos en el cuerpo humano cuando se consume. Puede usarse como una droga recreativa o medicinal para aliviar el dolor, la ansiedad y otros síntomas.
El cáñamo (hemp en inglés), por otro lado, se cultiva por su tallo, hojas y semillas, y contiene niveles muy bajos de THC y altos niveles de cannabidiol (CBD), un compuesto no psicoactivo que se utiliza en la industria de la salud y el bienestar. El cáñamo se utiliza para producir una amplia gama de productos, desde alimentos y cosméticos hasta textiles y materiales de construcción.
El THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD (cannabidiol) son dos de los principales componentes químicos que se encuentran en la planta de cannabis.
La principal diferencia entre el THC y el CBD es su efecto en el cuerpo y la mente. El THC es el compuesto psicoactivo de la planta de cannabis y es lo que produce la sensación de “estar pacheco”, “drogado” o “high” que se asocia comúnmente con el uso recreativo de la marihuana. En cambio, el CBD no es psicoactivo y no produce ese efecto. Incluso se utiliza para disminuir ese efecto en pacientes con ataques psicóticos causados por el THC.
En términos de legalidad, el THC es ilegal en muchos lugares debido a su potencial para el abuso y la dependencia, mientras que el CBD es legal en muchos lugares debido a su uso terapéutico y a que no es psicoactivo ni causa adicción.
El THC se ha demostrado que es eficaz en el tratamiento de una variedad de condiciones, incluyendo dolor crónico, espasmos musculares, glaucoma, náuseas y vómitos. También se ha utilizado para estimular el apetito en personas con VIH/SIDA y cáncer, y para ayudar con el insomnio. Sin embargo, el THC también puede tener efectos secundarios negativos, como mareo, paranoia y aumento de la frecuencia cardíaca, y puede ser adictivo con el uso a largo plazo.
El CBD, por otro lado, ha demostrado ser prometedor en el tratamiento de la ansiedad, la depresión y otras condiciones de salud mental, así como en el dolor y la inflamación. No tiene los efectos psicoactivos del THC, por lo que no produce sensación de estar “pacheco” o drogado. El CBD también se estudia por su posible uso en el tratamiento de la epilepsia, y la FDA ha aprobado un medicamento a base de CBD llamado Epidiolex para este padecimiento.
En general, el uso terapéutico del THC y el CBD depende de la condición específica que se está tratando y del paciente individual. Ambas sustancias tienen beneficios potenciales, pero el THC puede ser más adecuado para ciertas condiciones, mientras que el CBD puede ser mejor para otras. Es importante consultar con un profesional de la salud antes de usar cannabis o productos derivados del cannabis con fines médicos.